Vivir Unidos a Cristo nos garantiza producir frutos y frutos abundantes. Estamos unidos a Dios cuando tenemos la gracia santificante y separados de él cuando estamos en pecado; quien está en Gracia, lleva una vida feliz y de calidad y el que está en pecado habitual, lleva una vida de tristeza y sufrimiento.
Hay que ir por el camino de Dios que es de orden, paz y armonía.